sábado, 4 de abril de 2015

Cada marcaje, la misma ilusión que el primero

Pasan los días y los meses como equipo, y ya van camino de los dos años. Pero el tiempo no hace sino incrementar la ilusión de cada marcaje, cada vez son más las hipos e hiper que me evito hasta el punto de ser cero cuando paso contigo los días completos.

El tiempo sólo hace que seamos más inseparables, que confíe más en ti y que cada marcaje sea más especial que el anterior. Es más especial porque nos entendemos un poquito más con cada ladrido, porque las medidas preventivas puestas por mi parte después de cada una de tus alertas son cada vez más apropiadas. Todo esto tiene una traducción muy sencilla al día a día, el autocontrol mejor llevado, más fácil de lograr.

A pesar de que tus avisos ya forman parte de mi día a día desde hace mucho tiempo, no deja de sorprenderme, no dejas de emocionarme. Sigo despertándome sobresaltada a las tantas de la mañana cuando emites uno de tus ladridos pero enormemente agradecia, pues cada uno de ellos supone un susto menos, un despertar en hipo o en hiper menos, otra noche bajo control.

Creo que se me quedan cortas las palabras desde hace tiempo para describir como nos comprendemos, cuanto me ayudas y cuanto te quiero. 

Una vez más, gracias Cini, por estar, por oler, por avisarme y por ayudarme a ganar tantas batallas a la diabetes que antes de tu llegada se presentaban de manera inadvertida. 

Cada día somos más, más equipos de dulces detectores con sus pequeños y no tan pequeños dueños que como tú y yo están adelantándose a los sube y baja de esta caprichosa compañera de viaje.