Como ya conté en alguna entrada anterior, tengo 18 años y soy estudiante de magisterio.
Para todos los universitarios en el mes de junio los días suelen centrarse principalmente en estudiar, pero en el caso de los diabéticos tiende a haber un plus de "caos". El estrés, la variación de los horarios, trasnochar y levantarse pronto al mismo tiempo, la falta de ejercicio, algo de comida extra para compensar los nervios... todo esto se junta para dar lugar a un descontrol en fechas en las que no sobra el tiempo para andar con nuevas preocupaciones.
Sin duda, no hay excusas que valgan, hay que cumplir como en todas las épocas del año.
Mantener los niveles bajo control tienen un doble beneficio en estos momentos: por un lado, el bienestar y control de la enfermedad como es lo normal, pero por otro, evitar descompensaciones que nos obliguen a detener el estudio hasta recuperarnos o a hacer el examen pensando en lo mal que nos encontramos.
Cini cumple una gran labor cuidándome durante las horas de estudio, ella se encarga de avisarme antes de que aparezcan los síntomas de hipo o de hiper. Esto me permite poner solución a la situación sin llegar a encontrarme mal, no parar más veces de las necesarias.
Esta misma tarde estaba en 144, me puse a merendar y mi dosis de insulina habitual, y a los 20 minutos Cini comenzó a marcarme bajón. Comprobé con el glucometro y estaba en 121, y todavñia no había comenzado a hacerme efecto la insulina... Así que me tomé un zumo, puse basal temporal al 70 % y continué con el intensivo pre exámenes. A las 2 horas estaba en 138, ¡un trabajo perfecto, Cini!
Mientras yo estudio ella se tumba en una manta que tiene en mi escritorio, ahí se echa pequeñas cabezadas pero siempre estando pendiente de "ese olor diferente".
Os dejo una foto de como ella descansa pendiente de mí, en el momento en el que (dormida) detecta la variación su cola comienza a moverse muy rápido y se levanta enseguida para marcar de un modo u otro según sea hipo o hiper.
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