domingo, 5 de octubre de 2014

Mucho, mucho amor

El olfato de Cini es un privilegio, me da una información increíble para controlar mis niveles. Pero, ¿que hay de esos cuidados que no le hemos enseñado?

Mi princesa sabe hacerse el muerto, dar la pata, sentarse, tumbarse, ladrar, colocarse bajo mis piernas para no molestar en la calle o las tiendas, marcar hipo e hiperglucemias, ladrar al oír una alarma de la bomba... Y medio millón de cosas más que le enseñamos a diario porque me encanta verla aprender y ambas nos divertimos mucho aprendiendo cada truco. Pero hay cosas que nunca le he enseñado, cosas por las que no la he premiado y que me dejan asombrada cada vez que compruebo que las repite porque quiere, como si fueran una rutina.

De todas estas cosas hay dos que me sorprenden mucho, la primera es la calma y cariño con la que se acurruca sobre mis piernas tras marcar una hipo o hiper, es como si me quisiera transmitir que ya está que una vez que he tomado las medidas solo me queda acariciarla y esperar porque todo va a volver a la normalidad en un plis gracias a sus anticipados avisos; y la segunda es la concentración y tranquilidad con la que se sienta detrás de mí mientras preparo mi cambio de catéter, no se mueve y no se acerca al cambio pero tampoco se separa de mí ni un segundo.

He de reconocer que en las dos situaciones tiendo a ponerme nerviosa... Pero no doy crédito a como se comporta. Desde luego su labor como olfatillo de hipos e hiper no tiene precio, pero su comportamiento de mimos y tranquilidad ante situaciones que a mi me ponen nerviosa no se queda nada atrás.

Lo dicho en entradas anteriores, cada día somos más inseparables...

Os dejo unas fotillos de como me mima la peque en estos casos, ¡¡para comersela!!

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