jueves, 18 de septiembre de 2014

Poco sentido común

Ayer tuve que ir a hacer unas compras, así que en vez de ir por las tiendas del centro de Zaragoza (en las que habitualmente no me ponen ningún problema para entrar con Cini) decidí subir a Puerto Venecia.

El primer gran paso para llegar es coger el autobús, y aunque a ninguno de los conductores les gusta mucho, cuando explico el caso no pone grandes problemas y hasta el momento nos dejan pasar. Pues eso, la primera explicación de la tarde (después de esta vendrían otras 7).

Nada más llegar, entramos sin problemas en Primark, llegamos a los probadores y notamos las miradas de extrañeza pero tampoco nos ponen pegas. Pasamos y es a la salida cuando el personal “se pone borde" y nos encontramos a 5 dependientes en la salida de los probadores con frases del tipo “si, yo también lo he visto..." y tonos poco agradables. Cuando una de ellas se decide a preguntar, le explico el caso y me contesta nada mas y nada menos que “pero si no es uno de esos..." (y hace un gesto que intenta describir un perro grande) a lo que le pregunto: “¿un labrador?" y me dice si, de esos de la ONCE. Bueno... Lo que me faltaba. Le digo que es un perro de asistencia igual que lo son los perros guía y sigo adelante. Tres pasos más allá me para la encargada con el mismo tema, se lo explico de nuevo me pone mala cara y avanzo hasta la caja. Cuando iba a pagar la cajera me preguntó “Anda, ¿te han dejado entrar con el perro?" De nuevo, explico el caso y casi sin creermelo me contesta ¡Ah, que bien, pues tienes mucha suerte de tenerla para que te ayude! En mi cabeza solo aparecía el pensamiento de: ”alguien con sentido común en este sitio, parecía increíble..."

Salimos de Primark y nos dirigimos a otras 3 tiendas, en las cuales la escena es parecida a la primera. Y, por si fuera poco, dos guardas de seguridad del centro comercial vienen a decirnos que no podía estar ahí con el perro, explico la situación y tras comprobar los papeles me dicen “bueno, vale" con tono resignado.

Decidí irme. No compré vaqueros, ni camisetas ni nada de lo que andaba buscando porque entre todos me sacaron de mis casillas. Respondí en todo momento con toda la educación posible, explicando el caso e intentando informar de que este tipo de perros están para facilitar la vida diaria de muchas personas, no solo de los invidentes. Personas con movilidad reducida, hipoacusia, autismo, diabetes, epilepsia... Somos muchos los que poco a poco vamos beneficiándonos de una compañía que nos ayuda en todo momento.

No me molesta que pidan explicaciones y papeles, tienen que hacerlo porque es su trabajo, me molestan las malas formas y la falta de respeto; me molesta la comparación con los perros guías, que sea el tipo de perro de asistencia más conocido no quiere decir que el resto no existen.

Sé que, en la mayoría de casos, si me diera una hipo o hiper las personas que no me conocen no sabrían reaccionar (en muchos casos incluso confunden los síntomas con los de la embriaguez); así que solo pido comprensión para que se permita la entrada de los perros de alerta medica allá donde vayamos los usuarios, porque evitan el llegar a situaciones que aquellos que se oponen a que nos acompañen no sabrían resolver.

Del mismo modo ocurre con el resto de perros de asistencia, que igual que a nadie se nos ocurre pensar para qué un invidente lleva a su perro pudiendo ir un familiar guiándole, que nadie ponga la excusa de que alguien con movilidad reducida puede pedir ayuda, su perro le da independencia y autonomía. Y esto es lo que buscamos la mayoría de los usuarios de perros de asistencia.

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