sábado, 14 de junio de 2014

Calor y diabetes...

Estos días no he tenido tiempo para escribir porque he tenido la mayoría de los exámenes, y casi no me quedaba un minuto libre...

Cini se ha portado como una campeona, ha detectado todos los cambios en mis niveles, haciendo que los días de estudio fueran más fáciles.

La pequeña, ha tenido mucho trabajo, no sólo tenía que estar pendiente de mí todo el rato mientras estudiaba, lo cual ya es muy difícil porque me pongo nerviosa, me relajo, me entra el sueño, pico algo.... y todo eso se traduce en que mis niveles se parecen a una montaña rusa interminable; a esto se le suma el calor.

Con los primeros días de calor mi glucosa comienza a bajar de forma brusca. Al estar todo el día muy baja, empiezo a encontrarme mal de continuo, es como si los síntomas no se me pasaran. Y es que, no hay tiempo suficiente entre una hipo y la siguiente para recuperarme del todo de la sensación de "cansancio". Así, todos los veranos. Con este tiempo que un día hace fresquito, al siguiente morimos de calor, al siguiente llueve... Parece una tontería pero mi glucosa se altera muchísimo con los cambios de temperatura. Entonces, ¿qué hago con la insulina? Si la cambias toda, lo mismo al día siguiente no hace tanto calor y voy en 200 todo el día, o por el contrario no la cambio y no hay manera de subir. Después de 13 veranos, aprendes a jugar con todo para que las descompensaciones sean mínimas. Cambio la basal con basales temporales, como más raciones, reduzco ejercicio... Todo  lo necesario para que las piezas vayan encajando

Pero he de reconocer, que este año he tenido menos probelmas con la llegada del calor. Mi princesa me está echando una mano; ahora en vez de remontar las hipos, las evito. Tan fácil como comer un poco y poner una basal temporal cuando me avisa de que me va a bajar o de poner un poco de insulina cuando lo que me chiva es que me he pasado al reducir la dosis.

Ojalá hubieras estado los anteriores 12 veranos, las descompensaciones se producen igual, pero gracias a tus avisos basta con poner medios en el momento exacto para prevenirlas, y así evito el sentirme mareada todo el día.

¡¡Gracias!! A Cini, claro, por ayudarme a controlarme. Pero también al equipo de Canem, que han conseguido enseñarme todo lo necesario para que mi pequeña sepa hacerlo así de bien. Gracias Paco, por el trabajo y la disponibilidad de cada día, y gracias David por recordarnos las pequeñas cosas que hay que tener en cuenta cada día para  que Cini sea una perrita de asistencia estupenda.

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