Esta tarde hemos ido al terreno de un amigo a las
afueras de Zaragoza. Lo hemos pasado genial, tanto yo con mis amigos como Cini
con el perro de uno de ellos.
Han jugado muchísimo a encorrerse y Cini ha ido
una cantidad inumerable de veces a por su inseparable pelota amarilla. De vez
en cuando se daba 10 minutillos de descanso tumbada a mi lado, pero no
despreciaba los juegos ni caricias de ninguno de los que estábamos. Entre ida y
venida en busca de su juguete, se acercaba a olfatearme para ver si todo estaba
en orden, y como lo estaba, volvía a la carrera sin tener que marcarme.
Las dos hemos vuelto muy cansadas, de hecho, aquí dejo una foto de como estaba Cini a los 20 minutos de entrar en casa...
Pero, aunque parezca increíble, cuando ella
estaba así de dormida ha comenzado a mover su cola muy rápido, se ha sentado y
ha marcabo bajada. Me he mirado y llevaba 82, sin duda el ejercicio se empezaba
a notar (y lo más seguro es que continue su efecto por la noche así que iré
poniendo una basal temporal, de momento...) En cuanto ha marcado y me he
medido, le he acariciado la cabeza y dado un fuerte abrazo, y en menos de un
minuto estaba en la misma posición que antes...
Tú si que sabes cuidarme peque, hasta cuando
estás agotada cumples con tus funciones, ¡¡¡Gracias otra vez!!!
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