martes, 9 de septiembre de 2014

¿Por qué?

Cini me ayuda mucho a controlar la diabetes y eso es algo que cuento a menudo por aquí. Pero creo que nunca he explicado el porqué me decidí a dar el paso, porqué una jack russell y no otra raza, porqué en ese momento... En definitiva, de dónde vino la idea de empezar el camino y qué cambios ha supuesto en mi día a día como diabética.

Comienza la búsqueda: Un simple comentario de alguien que no recuerdo y una pequeña búsqueda en google me abrieron los ojos, me enseñaron que es posible que un perro pueda detectar hipoglucemias (y hacer un millón de cosas más que descubriría más adelante). Esto pasó hace ya un par de años, pero fue a mediados del año pasado cuando me decidí a buscar información de verdad. Otro pasito. La decisión casi terminó de tomarse cuando me enteré de que el adiestramiento se lleva a cabo en Zaragoza. Y la ilusión se convirtió en un sí rotundo cuando visité Canem y conocí a Paco Martín (el director del centro).

¿Por qué un sí tan rotundo? Por la ilusión y la intriga que me despertaba el tema y por la confianza que me transmitió Paco.

¿Por qué una jack russell? Porque nunca he tenido ni la mas mínima idea de perros, es más, les tenía mucho miedo (era venir uno corriendo y saltar encima del conocido más cercano que tuviera para que me salvara del animal). Y puesto que no tenía ni idea, me dejé aconsejar por los profesionales de Canem. En un principio no me hizo gracia la raza (se ve que no sabía cual era porque en mi cabeza me imaginaba un perro gordito y lento) pero cuando conocí a Cini me di cuenta de lo equivocada que estaba). Muy movida, bonita y con un olfato perfecto, ¡si señor! He de reconocerles el buen ojo que tuvieron.

¿Por qué en ese momento? Porque soy una chica coherente pero impulsiva. Llevaba una mala racha con la diabetes y un enfado descomunal conmigo misma por no lograr los objetivos, empecé de nuevo a tener miedo a quedarme sola o dormida por si pasaba algo y a sentirme insegura a menudo. Fue en ese momento porque lo necesitaba, necesitaba seguridad e independencia y, sobre todo, recuperar la confianza en mi misma para cuidarme sola. Pero desde el momento en que Cini comenzó a marcar, pienso que ese impulso debería de haber surgido antes. Aun así, no puedo estar más contenta, soy de esas personas que piensan que las cosas pasan cuando tienen que pasar y que nunca pasan por nada.

Así es como poco a poco empezó el gran camino, primero una búsqueda en internet, después un correo informativo, un par de entrevistas y... ¡Bienvenida a casa, princesa! Tener a Cini fue un impulso que nació de una necesidad, creo que es el impulso más acertado que he tenido en mucho tiempo.

¿Los cambios? Ha habido muchos, la mayoría para bien. He conocido el mundo de los perros de asistencia y la terapia asistida con animales, hasta entonces desconocidas para mí, pero asombroso de principio a fin; personas con mucha vocación y muchas ganas de cambiar las cosas, de esas que no miran raro a nadie y se pierden horas de sueño buscando soluciones. En cuanto a la diabetes, un mejor control, seguridad, confianza y nuevos retos; ganas de buscar más avances y nueva mirada al mundo de la diabetes. Y respecto a Cini, jamás soñé con tener un perro pero hace poco más de un año que sueño con no separarme de ella.

No hay comentarios:

Publicar un comentario